19 de enero de 2010

lechu pide fuerza al cielo

Creo que todos en alguna etapa de nuestras vidas hemos tenido jefes o maestros “hijos de puta”, de regreso a mis días como puberto recuerdo que cada maestro culero era un reto, un reto que me gustaba abordar de la peor forma posible, prueba de ello todos mis problemas con muchos profesores que a lo largo de mi vida estudiantil he tenido. Cuando salí de la prepa hace menos de un año me auto impuse la encomienda de ser buen alumno, no hablar, no relajo, no problemas con los profesores y creo que hasta ahora todo ha ido como lo planeado y creo que seguirá así, pero, siendo claro uno nunca puede renunciar a su naturaleza de un día a otro, todavía tengo esa vocecilla que me dice “haz desmadre”, búrlate de los profesores de tus compañeros “TOTAL QUE PUEDE PASAR”.

Esa frase vaya que si no es una falacia y tiene truco y no existe persona que de mejor testimonio sobre eso que yo. Yo sabía que este semestre es el más difícil de toda la carrera, donde las materias mas teóricas por así decirlo hacen aparición en todo el horario pero confieso que no tenía ni cerca de presupuestado tomar clases con el profesor “Flavio”, no tiene mucho termine mi primer semestre evidentemente no conozco a los profesores pero el susodicho “Flavio” en dos días casi me lleva al borde del suicidio, sus clases a parte de tediosas son aburridas pero tan aburridas que el mismo nos saca antes por el mismo auto-aburrimiento que se provoca así, ¿eso es todo? La verdad no, tomo algebra y estadística con él y lo veo 4 veces por semana y dos clases de él duran 3 horas, hoy me grito –haber cabron ya déjate de estar jugando ya me tienes hasta la madre- (sus palabras exactas), yo ni estaba echando relajo que de hecho estaba en una actitud muy pasiva y oyente pero bueno me sumo a la lista de personas a las que este tipo se refiere como “ca’” cuando el coraje no lo deja ni hablar.

El primer día regaño a todo el salón y varios alumnos de semestres más adelante nos han dicho que es un culero, así que no me extrañaría que para mediados de curso más de la mitad acaben muertos por su extrema rigidez y clases de horas que parecen discursos de Fidel Castro. Para los que no creen en mi milagros (cosa que yo si hago) el mencionado que las laps son indispensables y veo en mi lap top rayos de esperanza que muy posiblemente me ayuden a aguantar un semestre entero teniendo dos clases con él.

Lechu “suicida”= igual a martes de estadística y algebra con “Flavio”

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